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miércoles, 27 de julio de 2016

V TRIATLÓN DE RIAZA



Triatlón de Riaza distancia Short (900-40-9).
24 de julio, Riaza (Segovia).



            Tras el paréntesis tricross, se vuelve al triatlón de carretera para concluir la presente temporada de competición, con un clásico en el calendario personal como es el triatlón de Riaza, en su 5ª edición y en distancia short (900-40-9).


            Nunca he entrenado específicamente este triatlón, y siempre ha sido preparación de objetivos próximos o consecuencia de otros cercanos en fecha.  Sin embargo, siempre he disfrutado muchísimo durante su competición.






            Destacando la natación en un entorno acogedor y muy bonito como es el embalse de Riofrío y seguidamente un segmento de ciclismo, con un trazado duro y exigente con continuos toboganes.  Aunque desde la anterior edición el trazado de este segmento se ha cambiado y lejos de perder dureza, incluso se ha visto incrementada con la subida a la estación invernal de La Pinilla.


            Asimismo acentúa el entrañable recuerdo de este triatlón, los satisfactorios  resultados que han acompañado siempre.


            Un detalle que altera en esta edición la propia rutina previa a la salida por algo de descoordinación entre Organización, Protección Civil y Guardia Civil, es el retraso en abrir al tráfico la subida a Riofrío.  Con algo menos de tiempo incrementa la presión y nerviosismo propio de los instantes previos a iniciar la competición.


            Este aspecto hace que salga sin calentar y evidentemente repercute en el ritmo de salida, que aunque no es de los peores días, voy de mucho menos a más.


            Ya dando pedales, las sensaciones son buenas y los primeros kilómetros a muy buen ritmo se adelantan bastante triatletas hasta estabilizar la posición en el top 20 en el inicio de la segunda vuelta de las dos preceptivas al sector de ciclismo.


            Tras una T2 rápida enseguida noto, tras las primeras zancadas, la fatiga causada por una media cercana a los 34 km/h en la bici, aun así consigo estabilizar el ritmo de carrera a pie en torno a 4’ el km.  Justo antes de afrontar el inicio de la segunda vuelta me da un bajón en el rendimiento que me hace sabedor de lo mucho que me va a tocar sufrir hasta llegar a meta.


            Aprovecho instantes después el paso de dos triatletas que llevan un ritmo algo más rápido de 4’ km. y aunque me doy cuenta que no podré mantenerles hasta meta, sé que me vendrá bien pegarme a ellos para salir del letargo que llevaba y obligarme a mantener el máximo esfuerzo.


            Consigo mantenerles casi 3 kilómetros, restándome poco más del último kilómetro de gran lucha por intentar que decaiga lo mínimo posible el ritmo llevado… Y por fin, terminado de atravesar el parque del Rasero, último giro a la derecha tras el que aparece el arco de meta cual oasis en el desierto.


            Sé que este año no venía en la mejor forma para ser todo lo competitivo de lo que soy capaz, pero una vez más termino satisfecho de haberme vaciado en el esfuerzo y haber entregado hasta el último gramo de fuerza en el objetivo de llegar a meta cuanto antes.


            Este año resultado discreto: 22º de la general y 4º de la categoría.  Siendo los parciales: 17’45”/1h.15’38”/36’21” y el tiempo final: 2h.09’45”
 

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